Arzúa, la Araduca de Ptolomeo, le ofrece al visitante una inmensidad verde donde pasta una de las cabañas vacunas más importantes de España. Enmarcada entre los ríos Tambre y Ulla podemos afirma que Arzúa es el país de los mil arroyos donde se puede practicar la pesca de las mas cotizadas y sabrosas truchas.
Arzúa es tierra de quesos y de caminos; allí confluyen las dos rutas jacobeas más importantes, el Camino Francés y el Camino del Norte que junto con la ganadería y la industria maderera son los pilares fundamentales de su economía.
Arzúa conserva un bello entorno natural que no ha sufrido graves alteraciones a lo largo del tiempo por ello la práctica del senderismo es posible a través de caminos entre bosques de robles y castaños centenarios, a lo largo de las riberas fluviales, entre viejos molinos o, para los más arriesgados, el descenso por una catarata.